El consumo de alcohol en nuestra sociedad, forma parte de muchos eventos sociales en los que la gente participa, incluyendo a mujeres embarazadas.  Sin embargo se cree que un consumo mínimo (una copa de vino a la semana), no podría afectar el desarrollo óptimo de la gestación, lo cual es un pensamiento completamente errado. El alcohol puede ser prejudicial para el crecimiento del bebé y su neurodesarrollo.

Cuando una mujer gestante lleva un control gineco – obstétrico adecuado de su embarazo, puede recibir información valiosa y resolver dudas que se generan día a día, ya que se ha comprobado un alto índice de desconocimiento sobre el consumo de alcohol y tabaco durante el embarazo, y en su incidencia negativa en el desarrollo de su bebé.

¿Por qué es perjudicial el alcohol?

La madre se conecta directamente con su bebé mediante la placenta y el cordón umbilical, medio por el cual se transmiten todos los nutrientes  y flujo sanguíneo, importante para su normal crecimiento. Es por ello que, cuando la embarazada consume alcohol, éste pasa directamente al feto a través de la placenta, considerado tóxico para su tejido neurológico. En pequeñas cantidades puede interferir en el desarrollo del cerebro fetal y producir problemas de comportamiento y aprendizaje; además de interferir en la normal absorción de nutrientes y crecimiento fetal, considerado una de las causas asociadas al riesgo de parto prematuro. Cuando éste consumo es excesivo, se produce el Síndrome Alcohólico Fetal, el mismo que provoca retraso intelectual y malformaciones.

Conclusión:

El control prenatal de embarazo es sumamente importante para brindar información valiosa sobre el normal desenvolvimiento del mismo, además que ayuda a la detección temprana de posibles alteraciones en el feto. El consumo de alcohol, por más mínimo que este sea, afecta el óptimo crecimiento de tu bebé.

Alimentarse sanamente, es un factor clave para que tu y tu bebé, estén bien.