El DHA, un ácido graso omega 3, juega un papel muy importante durante el embarazo así como durante los primeros años de vida.

Un 14% de los ácidos grasos cerebrales son omega-3 (principalmente DHA) y un 17% son omega-6 (principalmente ácido araquidónico), y ambos se acumulan durante la gestación y el primer año de vida.

Las demandas de DHA son muy altas en el último trimestre de embarazo, y coinciden con el desarrollo de las redes neuronales así como con el afianzamiento de la retina.

Por tanto, el DHA es un elemento esencial para un correcto desarrollo del sistema nervioso y visual de un individuo.

Los niños prematuros, los niños de partos gemelares, los hijos de madres vegetarianas, en casos donde ha habido una alimentación subóptima, corren el riesgo de tener deficiencias DHA. En principio, esta deficiencia no es apreciable a simple vista, ya que los niños son totalmente normales y alegres, sin embargo en los años escolares de aproximadamente 6 años de edad, empiezan a problemas de aprendizaje y comportamiento que quizás, hasta entonces, pasaron desapercibidos (ej. falta de atención, hiperactividad, falta de concentración, psicomotricidad alterada, dislexia etc.). Distintos estudios apuntan a que, una falta de DHA durante la gestación y vida infantil temprana, es un factor contribuyente a futuras alteraciones cognitivas y de comportamiento.

Fuentes alimenticias de DHA

• Salmón
• Atún
• Huevos enriquecidos con omega 3
• Nueces
• Almendras
• Algas
• Lácteos enriquecidos con omega 3

Recomendaciones

La importancia de llevar una nutrición consciente en el embarazo, es clave para su correcto desarrollo. El nuevo ser que se está formando dentro de su madre, depende de las decisiones acertadas que tome y el ambiente en el que se desenvuelva. Por ello recomiendo el consumo de alimentos que contienen DHA, que colabora en que su bebé se forme de la mejor manera y su embarazo culme con éxito.

Denisse Gudiño Salvador

NUTRIOLOGA