El desarrollo del cerebro de un feto empieza desde el inicio del embarazo, pero no se detiene sino años después de su nacimiento. Varios estudios con electroencefalogramas y resonancias magnéticas en prematuros, han demostrado que a partir de la semana 32, patrones eléctricos empiezan a aparecer, lo que denota funciones muy básicas, como memoria a corto plazo y habituación, y es por ello que el feto puede retener sonidos muy sencillos. Sin embargo al final del embarazo, la forma de conexión interna del cerebro es todavía ineficiente, y es después del nacimiento, con el uso del mismo y el desarrollo de los sentidos,  donde muchas neuronas y conexiones se eliminan, dejando aquellas que son útiles y eficientes para que el bebé pueda procesar la información de manera consciente.

Es muy importante resaltar, que el desarrollo cerebral del feto en el útero es determinante para el resto de su vida, por lo que debe producirse de manera perfecta. La nutrición materna y fetal adecuadas, un entorno relajado, evitar el estrés físico y un ruido elevado, evitar tabaco y alcohol, serán claves para que no existan desviaciones y asegurar el proceso del que dependerá la calidad de vida del nuevo ser.

¿Puede el feto sentir dolor?

Las conexiones cerebrales fetales que conducen el dolor se forman desde la semana 24, pero no funcionan correctamente hasta la semana 32, continuando su desarrollo después de su nacimiento. El feto tiene reacciones reflejas, pero científicamente no se ha podido demostrar que el mismo posea conciencia para poder sentir dolor hasta el final del embarazo, siendo imposible determinarlo con exactitud, sin embargo tampoco se lo puede descartar, por lo que un entorno agresivo, desnutrición, drogas, etc., producen programación fetal, afectando de forma importante la forma en la que el cerebro se construye y funciona; así como también todas nuestras acciones a partir de su nacimiento.

¿Puede el feto soñar?

Es imposible determinar el nivel de conciencia de un feto, por lo que es difícil afirmar si el feto sueña o no, de la misma manera en la que nosotros lo hacemos. Si bien es cierto, éste realiza movimientos con frecuencia, incluso dormido, se asocia a la actividad básica del cerebro, más no de la corteza. Es cuando nace, donde empieza a reaccionar frente a estímulos de tipo visual, y que aún tardará tiempo en saberlos interpretar.

¿Puede el feto escuchar?

Según la evidencia científica, la música y los sonidos agradables, así como, los sonidos elevados y desagradables, influyen de manera opuesta en un cerebro en desarrollo. Desde el tercer trimestre de embarazo, el feto empieza a ser sensible a la exposición de sonidos (aunque estos llegan al útero de forma atenuada), por tanto, el entorno familiar, la forma de hablarle al feto, o los sonidos que escucha en casa, repercuten de manera positiva o negativa en el desarrollo del futuro bebé.