Durante la gestación la mujer atraviesa por una serie de cambios, entre ellos físicos, psíquicos y hormonales, actuando conjuntamente. Por un lado, las hormonas que están relacionadas con el embarazo: estrógenos, progesterona, oxitocina y prolactina, pueden producir cambios emocionales ante estímulos que se encuentran a nuestro alrededor. Así también algunas mujeres no parecen sufrir cambios durante los primeros meses, sin embargo, su cuerpo se adapta al nuevo estado, experimentando transformaciones como: Ausencia de menstruación, aumento del volumen y de la sensibilidad de los senos, pigmentación más oscura de los pezones, sensación de cansancio, sueño, posibles náuseas y mareos, etc..

Estos cambios dan una respuesta clara del porque las mujeres durante la etapa de gestación modifican su estado de ánimo, obligándola a adaptarse psicológicamente pero de una manera paulatina, ya que es un proceso en donde revisará sus vínculos y armará una imagen de sí misma y de sus modelos de cómo ser madre.

En la actualidad, un punto clave que ha sido añadido a este proceso, es la vinculación del padre. Esto ha ayudado a que dichos cambios emocionales no sean reprimidos, sino que ahora son canalizados o manejados desde el plano de la pareja.

Recomendaciones

Si la inestabilidad persiste o incluso si se presiente que esta no disminuye, acudir a un especialista es la mejor opción.

Es normal sentir variaciones en su estado de animo, pero la falta de control podría desencadenar una patología, en donde se debe cumplir chequeos y seguimientos, trabajando de manera multidisciplinaria entre su médico y un psicólogo.

Dra. Carla Recalde Mosquera

PSICOLOGA